Desinfluenciarse como objetivo a corto plazo
La llegada de los influencers ha supuesto un cambio en el paradigma de las redes sociales, pero esto no es algo desconocido para la sociedad. Desde hábitos saludables, con vídeos en pleno Mercadona para que no compres algo que no sea orgánico, hasta una promoción de la slow life (una vida más lenta, tranquila, incompatible con la jornada laboral) en la que dedicas la mañana a hacer yoga, meditar y desayunar un bol de frutas del bosque (con lo caras que están) pasando por rutinas de maquillaje o cuidado facial con cincuenta pasos y que exigen al consumidor estar dispuesto a gastar al mes un sinfín de dinero en marcas cada vez más privativas. Lo sé, estoy haciendo un balance negativo, pero en parte hay que ser sinceros y admitir que la vida del influencer no tiene nada de realismo, al menos si la comparas con la vida del joven trabajador promedio. La Real Academia Española (RAE) defiende influencer como un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir so...