Aborto y otros temas que molestan
La nueva ley del aborto en España aún es un borrador y ya está quitándole el sueño a más de uno. La Conferencia Episcopal no ha tardado en mostrar su oposición, entrando en el conflicto, dejando a un lado, eso sí, la investigación sobre pederastia que cierne un halo oscuro sobre la Institución, pero ese es otro tema. Con tantos problemas por delante, la sociedad sigue poniendo peros a uno los asuntos más polémicos y escabrosos con relación a las mujeres. Creando un debate sobre una decisión tan personal y privada como es tener o no un hijo. Prácticamente en todos los aspectos opinables, opinamos, sobre todo en aquellos en los que nadie ha pedido nuestra opinión, los cuerpos de otras personas y las decisiones que se tomen con ellos. Uno de los más sangrantes es sin duda la interrupción del embarazo, que con la aprobación de esta ley podrá realizarse con 16 años sin consentimiento paterno.
La mentalidad de algunas familias a veces es más importante que la decisión individual de la chica, que no está preparada para asumir esa carga, o directamente no quiere ser madre, ni ahora ni el futuro. Factores religiosos, culturales, la presión del entorno (y de las propias clínicas, que prácticamente te acosan, atacando al sentimentalismo para que te arrepientas y no abortes) comentarios, prejuicios sociales, influyen en embarazos adolescentes a diario, dejando a la joven en una posición muy complicada y dura para su edad. Para contrarrestar estos factores se propone la puesta en disposición en cada hospital de ginecólogos que practiquen el aborto sin hacer una campaña de derribo a la mujer, en concreto, vamos, cómo debería de haber sido siempre. Ahorrarse el mal trago de contar al mundo que te has quedado embarazada sin buscarlo, teniendo acceso a un aborto sin traumas, íntimo y profesional, tiene que ser un derecho. No solo por lo que quiere esa mujer, sino por convertir ese proceso en lo más tranquilo y psicológicamente seguro posible, sin la culpabilidad que te carga la sociedad y el cartelito de "asesina".
La maternidad es una responsabilidad que no se le puede exigir ni reprochar a nadie. Volvemos a los problemas del éxito y las ideas sociales, tener un hijo está dentro de ellas, dejando a las mujeres que no tienen ese deseo como raras, un fenómeno extraño. Que hace años fuera casi imprescindible ser madre no implica que siga siendo así, por suerte. Las generaciones actuales conciben cada vez menos hijos. Los tiempos cambian y, sin embargo, se emplean campañas del terror contra el aborto y las personas que lo eligen. Parece que se prefiere el nacimiento de un menor que quizás no va a tener ni los medios económicos necesarios, ni un entorno adecuado, ni una figura maternal preparada para darle las atenciones que necesita que la decisión personal de una mujer, que se antepone a ella misma antes que a un recién nacido que no quiere tener. Somos muy Pro vidas, pero no podemos asegurarle a esas vidas un crecimiento estable, estructurado y feliz, de eso que se encargue la madre, por haberse quedado embarazada.
Empatizamos más con un embrión que con la vida de la persona que lo tiene dentro. Porque somos políticamente correctos y preferimos que personas que no nos afectan en absoluto asuman circunstancias que nosotros creemos correctas. El aborto es una decisión que nunca debió convertirse en una disputa pública y mucho menos una votación. Una mujer que ha sido violada y se queda embarazada tiene el mismo derecho de optar por el que una que se queda dentro de una relación con su pareja.
La educación sexual como medio y no censura es una de las herramientas más importantes para combatir los embarazos no deseados. La puesta a disposición de anticonceptivos (con precios razonables porque ese es otro gran problema), el tratamiento de la sexualidad como algo natural, con comunicación entre padres e hijos, o en los propios centros de estudio, es esencial para crear un acercamiento a los jóvenes, ofreciéndoles la confianza de poder comunicar dudas o problemas al respecto. Perseguir y criminalizar comportamientos inexpertos, sus acciones o consecuencias solo alimenta el distanciamiento con ellos.
Cuidado no manches
Entrando en otro terreno farragoso, la menstruación, la regla, el sangrado femenino. En algunas culturas, como en la nepalí, existe una mentalidad muy cerrada que obliga a las mujeres a aislarse en establos o casetas durante los días que menstrúan, para no "contaminar" ni a la familia, ni a la comida, ni al ganado. Considerándolas impuras, dándole la comida y bebida racionalizada, incluso el agua. Eso sí, muchas de estas mujeres sufren violaciones cuando se encuentran aisladas, porque para abusar de ellas no se acuerdan de esa contaminación. A pesar de ser un delito desde hace años esta práctica aún se sigue realizando en algunos pueblos remotos. No hace falta viajar a la India para encontrar discursos sobre la regla, comentarios o caras de asco, repugnancia y atraso. Crecemos escondiendo las compresas cuando vamos al baño en el colegio, haciendo contrabando de tampones, mirándonos las unas a las otras por si estamos manchadas, para evitar que se mofen de esa deshonra roja. Se esconde como si fuera algo de lo que avergonzarse.
No es suficiente con el tabú menstrual que además debemos aceptar unos precios desorbitados para lo que esos productos de higiene son, algo de primera necesidad. Mil marcas diferentes, pero un acceso limitado para muchas familias que tienen que conformarse con lo más asequible y no la mejor calidad. ¿Por qué aceptamos esto? Ninguna mujer ha elegido tener la regla, como quien elige entre marcas de otro tipo de productos, pero los packs de compresas de noche que en muchos casos necesitamos (en los días más abundantes) rondan casi los cinco euros. En universidades estadounidenses, posiblemente en más, pero ahora recuerdo esas, existen en los baños cajas con productos de higiene femenina gratuitos. En un centro comercial portugués al que fui había una máquina de tampones y compresas en los baños. Aún queda mucho por mejorar, cambiar y establecer, normalizar estos casos y no sorprenderse al ver que, sorpresa, tienes compresas gratis.
Da rabia, molesta e incomoda tener que asumir un gasto mensual tan necesario. Un IVA al cero en estos productos o una baja por regla dolorosa e incapacitante son grandes pasos para las mujeres de cara al futuro. Permitir y ofrecer un aborto seguro para las mujeres que así lo requieran también. Quién no entienda eso es porque no tiene ninguna intención de empatizar con las mujeres, ni sus problemas, y nosotras estamos cansadas de explicarlos.
Lucía.